bar muy

(Bar "Muy", Madrid. Muy recomendable.)
Son bonitas las casualidades. Cuando se busca algo se encuentra otra cosa. Sospecho que a veces busco con la soterrada intención de llevarme una sorpresa. Buscaba una canción en el portátil cuando he dado con una foto el bar "Muy". Las fotos digitales son resabiadas, y me ha dicho el día y la hora exacta en que fue tomada: Fecha de captura 30/04/2016 13:38. Unos segundos después vi las bases del Premio "Café Gijón" en el Babelia que había sobre una silla. Son bonitas las casualidades.

dos apuntes sobre dylan

Uno: ¿Nadie ha pensado que, quizá, nuestro amigo Bob no atendiera al teléfono por usar uno igual al mío?

Dos: Me suena que una vez dijo: "No hagas por un millón de dólares lo que no harías por uno". Me lo apunto, vaya si me lo apunto.

Ahí os dejo pensando.

la tortuga tecnológica volvió a ganar a la liebre

Soy dócil, aunque los amigos piensen lo contrario. Como ya dije, en la rueda de prensa expliqué el porqué habían tardado tanto en dar conmigo. Mi OT-223 era muy noble, nunca me dio un disgusto, pero había muerto.

Cuando me vi en un diario (texto a pie de foto "Isabel Bono y su móvil"), tuve que darle la razón al mundo: Renovarse o morir.
(Isabel Bono, con cara de pobrepersona, dando explicaciones.)
Esto va a ser un sutil toque de atención, pensé y me fui dispuesta, tranlarito, a comprar... una nueva batería para mi maltrecho móvil. Estuve en más de cinco tiendas especializadas. Nada. Debo admitir que los vendedores de cacharritos electrónicos, sean de la raza que sean, tienen el mismo sentido del humor. Todos se carcajearon en mi cara, entre la guasa y la compasión.

No soy de tirar la toalla con facilidad, pero reconozco que esta vez la velocidad tecnológica me ha ganado. No tengo otra, pensé, mañana mismo compro un móvil nuevo. Afortunadamente, esa noche ponían en la tele Zoolander 2. Me enamoré perdidamente del móvil blanco de Hansel McDonalds, oh.

Ya en la tienda, vi en la vitrina uno casi igual, en negro, aún más pequeño y discreto que mi noble OT-223. Qué suerte tengo. Y salí de allí sintiéndome la mujer más moderna y feliz del mundo.
(¡Renovarse o morir!)