kandinski tenía razón

Yo pensaba en naranjas. Naranjas sobre el asfalto, por ejemplo, o dentro de una bolsa que alguien ha dejado sobre la mesa de la cocina. Y Gloria me pilló al instante y se puso a trabajar.

El azul busca al naranja, dijo Kandinski, pensé.

También pensé en Bleturge, ese refugio algo desolador. Refugio a fin de cuentas, donde la vida sucede lentamente. Y Julio me dio una sorpresa y toqué Bleturge con los dedos. Tuve que salir a pasear porque la casa se me quedaba pequeña.

Después, Estrella me enseñó la faja, la portada y la foto de solapa que había elegido (donde sonrío feliz).

Cuánta sensibilidad junta. Menuda plantilla esta de Siruela, pensé y me abrí una cerveza para brindar por ellos.

nostalgia de html

Todo en orden por el sur, salvo que he estado sin conexión. Lo he paliado, una vez al día, conectándome sólo para mirar el correo a través del cable del teléfono fijo. Afortunadamente conservaba en una agenda (de papel) un número 908 y una clave de hace más de diez años, cuando mi noble faber2 se comunicaba con el mundo a través de esos pitidos y resortes con tinte de interferencia, de nieve de la tele. El idioma de las máquinas.

Mi amigo, que es muy listo (y yo muy de preocuparme), sabe que me gusta saber si ha llegado bien al trabajo. Para que sus palabras tranquilizadoras llegaran antes ha escrito el mensaje en el Asunto: Como aquí, he llegado bien, beso. Yo le he enviado otro con todo el amor de mi HTML.

Ya no nos acordamos, pero allá por el 98 las conexiones eran así, lentísimas, y a pesar de todo nos parecían un milagro. La vida también transcurría más lenta, supongo. Leíamos más, paseábamos con las manos en los bolsillos, podían pasar semanas hasta tener noticias de los amigos que vivían fuera y recibíamos sus cartas con enorme alegría. Nadie decía LOL, decíamos ¿Te bajas a tomar una cerveza?

Estos días off he escrito mucho más que un día on, no me ha dolido la espalda y he dormido de maravilla. También he corregido galeradas. Bleturge avanza.