standby

(Mejor que dormirse en los laureles)
Agosto pasó sin pena ni gloria, como siempre. Detesto agosto sobre todas las cosas. Entiendo a Beckett cuando dice que jamás pudo escribir una palabra en agosto.

Septiembre nos renueva, o eso quiero creer (en el sur el calor no se va hasta mediados de octubre).

Ha pasado un año, y hace justo un año me dijeron: "Te va a cambiar la vida". Se referían a Bleturge. Supongo que a una persona con afán (aquel afán del que hablaba Luis Landero), sí le habría cambiado. Recibí propuestas para dar clases de creación literaria, charlas, ser opinadora, ser jurado de, etc. Igual no sé muy bien lo que quiero (¿de verdad quiero ser escritora o sólo quiero escribir y que me dejen en paz?), pero sé perfectamente lo que no quiero. Mi vida no ha cambiado.

Sigo desayunando con las hormigas de la terraza, sigo escribiendo en papelitos que amontono en nidos aquí/allá, sigo pensando ¿para qué? cada vez que me proponen publicar.

Ver Bleturge publicado me infló los pulmones durante unas semanas, le di un gran empujón a aquella otra ¿novela? abandonada que comencé en el 2000. Agosto la frenó. Espero que no acabe en vía muerta.

Mientras tanto, libros que estaban aquí/allá van saliendo a la luz. Y eso que no ha llovido.

pedazos de una vida

Como tengo la cabeza a pájaros, olvidé subir en su día esta crítica que hizo Juan Marqués en el ABC.
Gracias, como siempre.

PEDAZOS DE UNA VIDA
Quienes conocen la siempre breve pero ya extensa obra poética de Isabel Bono (Málaga, 1964) están familiarizados con la sensibilidad de calidad que ella ha desplegado en sus versos, con esa bondad inteligente, con su envidiable capacidad de observación y descodificación de la realidad (y su realidad incluye también, casi con preferencia, lo que sucede por dentro de nosotros, en nuestras fantasías, frustraciones y anhelos). Esas mismas características han saltado ahora a la que se presenta como su primera novela (no lo es, pero es verdad que con Una casa en Bleturge comienza claramente algo nuevo, aunque tanto en estructura como en espíritu se parece a Ciego montero, ¿dónde te metes? (su debut narrativo de 2002), una narración hipnótica pero cotidiana, extraordinaria aunque doméstica, fantástica en su puntería para explicar la psicología de personajes “normales”. Fragmentaria, por supuesto, pero completa.

Al comenzar el relato, un niño ha muerto por un descuido, y esa tragedia ha triturado la vida de sus padres y de su hermana. La narración se centra en la mujer, que ha de gestionar su dolor sin descuidar las otras regiones de su vida, y entre ellas el cuidado de su propio padre enfermo, el rencor y el desapego que su marido siente hacia la hija superviviente, los silencios espesos, los paseos y lecturas en busca de sentido, la perplejidad general ante un mundo que, indiferente, continúa con su movimiento frenético, con sus afanes superficiales. Con una prosa tan eficaz como sencilla, y a través de pequeños capítulos con título que cuentan una anécdota, una intuición, un recuerdo, un sentimiento parcial (en los dos sentidos del adjetivo), Una casa en Bleturge exhibe una sabiduría abrumadora y constituye una lección narrativa necesaria por diferente, por reveladora, por el modo lírico en que intenta ordenar lo que por naturaleza es caótico e inaprensible.

“Lo mejor de una habitación de hotel es que nada es tuyo”, piensa la protagonista, y ese sentimiento de no pertenencia, de extrañeza (y su celebración secreta), se extiende a todo lo demás, y a la propia vida, convirtiéndose en una especie de extranjería metafísica. Una casa en Bleturge es una novela atravesada por una nítida consciencia de que estamos vivos y por el aturdimiento extremo que provoca el no saber qué hacer con esa verdad, a ratos maravillosa y a veces insoportable. El estupor expresado en algunas páginas convive con la lucidez despejada de otros (“Amar es muy fácil. Se ama o no se ama, te aman o no te aman. El amor con esfuerzo no es amor. Si cuesta amar, si uno se propone amar o que lo amen, no es amor”), y mientras la joven llega a preguntar a su madre “¿Te imaginas qué suerte si fuéramos creyentes?”, ésta es incapaz de dejar de contemplar las flores de un lugar que no existe (las flores de Bleturge, un lugar sobre el que no podemos añadir mucho más, y no porque no queramos desvelar nada de la trama –no es ésta una novela de sorpresas, al menos en el sentido convencional de la palabra–, sino porque realmente no se puede decir mucho más acerca de ese enigmático y sugerente topónimo). El título de esta “casi ópera prima” es, en ese sentido, muy significativo, porque Isabel Bono ha acertado con él a resumirla, delatando que se trata de una mezcla perfecta de cotidianeidad y magia, de lo inmediato y lo inalcanzable, y la fotografía de la cubierta (obra de la propia autora) es también, en su extrema “normalidad”, todo un aullido que delata una ausencia, o tal vez la presencia de un fantasma que, si bien ha despedazado irreversiblemente algunas vidas, ha enseñado a otros a vivir mejor, aunque tal vez no en el mundo material, físico, visible… sino un poquito más allá, siempre en otro sitio.

sí a todo

Pensé que Bleturge ya no daba sombra, pero ayer Enrique Villagrasa (siempre tan atento) me envió una reseña que había aparecido en El Cultural (15 julio 2017), firmada por Santos Sanz Villanueva.

La primera crítica negativa.

La he agradecido mucho, porque equilibra a balanza. Tanta cosa buena resultaba un poco Ci-Fi. Sanz Villanueva dice (resumiendo) que he complicado la historia para nada, que lo bueno que tiene (no todo lo que dice es malo) no merece el esfuerzo que debe hacer el lector.

Estoy de acuerdo en todo, salvo en cuando habla de originalidad. Si resulta original no es mérito mío, no me lo propuse, salió así, es mi manera de contar. Como diría Vonnegut, el déficit de un autor (él hablaba de pintores) es lo que llamamos estilo, lo que nos hace distinguir su obra de la de otro.

Lo mío, claramente es déficit. En Bleturge se nota demasiado que llevo 34 años escribiendo poemas: no nombro, no explico, abstraigo, me voy por la lindas ramas. Quizá por eso nunca llamé novela a Bleturge, sólo libro. Demasiado bien ha ido la cosa.

Necesitaba algo que equilibrara la balanza para hacer estos 10 meses pasados más creíbles (han sido realmente increíbles), y para no dormirme en los laureles (me encanta esa expresión).

Desde que me llamaron en septiembre para comunicarme el premio, he tenido presente cómo me tomaría una crítica negativa, si dormiría esa noche, si seguiría escribiendo con total libertad.

La respuesta es sí a todo: Aunque no tuviera ni un sólo lector seguiría escribiendo cada día por puro placer.

Tomo nota del toque de atención, procuraré (en la medida que mi ADN me lo permita) mejorar todo lo que pueda. Ay.

ecos desde madrid

José Luis Morales, tan generoso siempre.

"En primer lugar, déjame que te diga que no he visto a nadie que esté más en su novela que tú. Me pareció alucinante: eras tú, la misma, la que yo leo, la que ha novelado unas emociones, unos miedos, unas angustias y unas pasiones, tan serias, tan hondas, tan íntimas, sin dejar de ser la poeta chispeante que yo conozco. Sé que estás en esas dos mujeres (los hombres son más anecdóticos, más personajes), en una proporción que ignoro y no quiero averiguar, porque el interés de tu novela no es el biográfico, sino el literario: esa fórmula tan tuya (pura lírica) de decir más con lo que callas, de presentar el presente como en el aire, cuando es un eslabón (un mosquetón, pues se puede abrir) de esa cadena de acero y cristal que es la vida... En fin, una magnífica novela escrita, para mi admiración, sin dejar de hablar con tu voz ni de mirar con tu mirada --ambas-- de poeta. Si pudiera, no te daría la enhorabuena, sino un abrazo demoledor, de los que rompen todas las costillas... ¡Cómo he disfrutado!".

sin agua, sin respiración

Hoy cortaron el agua para limpiar los aljibes, y este artículo de Itzíar Mínguez en "Agitadoras" me cortó la respiración.

Itzíar dice algo que nadie había dicho: "(...) si de estas palabras pudiera desprenderse que Una casa en Bleturge es un drama, es que me he explicado mal. Bleturge es donde llegamos después del drama (...)".

Ahí está, qué fácil era. En fin, acumulé un par de botellas, que me duraran hasta las 19h, pero, ¿dónde podría acumular algo de oxígeno para los próximos días?

http://www.agitadoras.com/junio%202017/itziar1.html

desde otra isla

Desde tenerife, Tito Expósito me dice esto y yo me iría desde Bleturge nadando para darle las gracias.

"por cierto, la novela me chifló
escribes como sientes y viceversa y eso a mí me maravilla,
una lectura que me carga de sentimientos
como decía un psicólogo que nos dio unos cursos en el ayunta,
"vivo y vibrante", esa es la sensación y el poso que se me quedó".

bleturge se fue a la feria, y olé

(Jugando a las tiendas)
Siempre le temí a la Feria del Libro de Madrid por culpa de los plátanos, me dan alergia, se me encienden los dedos, me vuelvo una catarata de mocos transparentes.

Por la mañana en Ed. Renacimiento para firmar Bajo el signo de Atenea (aforismos). Jugué a las tiendas. "Abra por cualquier página, lea un aforismo y, si le gusta, se lo lleva". Y así.

Un señor me contó que era economista, se había jubilado y matriculado en Filología Hispánica. "Tengo que meter los libros de contrabando en mi casa, los dejo en el trastero y por la noche los subo para que no me vea mi mujer, dice que no quiere más libros".

También vinieron amigos a que les firmara Una casa en Bleturge, aunque no tocara.

Y así la mañanita, tan a gusto, mirando desde dentro a los que pasaban como en una tele gigante en 3D. Mirar es lo mejor, y desde una caseta puedes mirar a placer sin vergüenza ni remordimientos. El pequeño voyeur que me habita fue feliz.

Por la tarde en Ed. Siruela. Y jugué a las tiendas de nuevo. Creo que si en el cartel hubieran puesto que el libro tenía premio, se hubieran vendido más porque oí decir varias veces a los que se acercaban: "¡Ah, si es un premio!". Y me miraban intentando reconocer a alguien famoso. (Tomad nota para el año que viene).

Hubo un "momento Bleturge" en el que varios amigos me hacían fotos a la vez. De repente la gente se paraba, y casi sin mirar también me hacían fotos sin saber el porqué ni quién era. Así están las cosas.

Aunque no hubiera vendido ni medio libro, repetiría. Sólo por mirar y que te cuenten cosas ya vale la pena. No hay que tomarse demasiado en serio nada, vender o no vender. Escribir es lo único serio que hago en mi vida (mientras estoy escribiendo). El resto del tiempo, Jugar is de password. Jugar es lo que más mola el mundo. Jugar, no haber dejado de hacerlo. Quizá por eso no tuve hijos, para poder seguir jugando, para poder decir cuando yo quisiera Game over. Jugar es vida extra a cada rato, ese empezar de cero con cada cosa, con cada persona, a cada rato.

Gracias a las chicas de Siruela y a aquellas dos chicas que adoraban a los gatos. Y a Juan Marqués y a Jacinto Pariente, por saltar de sus casetas para abrazarme. Gracias a Pepo Paz. Gracias a Perkins por recorrerse la feria dos veces sólo para darme un beso. Gracias a Alberto, Lucas, Pablo, Melina, Jesús, Ignacio, Eliana Dukelsky, Ayoze, Carlos, Eva, José Manuel, Jorge, Ana Pérez Cañamares, Marta López Vilar, Maya, Pilar, Pacocaro, Rafa Soler, Javi Rodríguez, Francisco, Miguel Martínez Lage, Carolina Martínez, Maite, Raquel y Federico del Barrio. Gracias por acompañarme, gracias por un día de auténtica Rock Star.

Sí, estoy segura, voy a echar todo esto de menos.

bleturge en asturias

¿Hacía o no hacía sol?
Barcelona-Asturias
A mi lado, una chica con turbante de raso negro plisado habla con su amiga. "Mira negra, mequivoqué de mostrador, saqué la billetera, me metía en el de Madrid, espera que ahora viene lo bueno, me pongo a gritar, espera negra, salgo corriendo para el vuelo de Barcelona, llego al mostrador y me he dejado la billetera en el otro mostrador, calla negra, corro otra vez, les grito, les digo que la billetera es mía, lo comprueban, corro al mostrador de Barcelona y me dicen que no puedo pasar, espera negra que ahora viene lo bueno, me pongo a gritar, nada, me tiro al suelo, espera negra, grito y pataleo, sí, en el suelo, espera, preguntan adentro del avión si me dejan pasar y me dejan, calla, y aquí estoy".

Me sorprende que lo cuente sin reírse. Me sorprende más que se haya puesto un turbante negro sobre el pelo negro. Por mi parte, llegando a Asturias, acabo La buena letra de Chirbes. Qué joya. Qué pena no haber coincidido nunca con él para decirle que con sus libros me haría una diadema.

Para los viajes suelo llevar dos libros, uno nuevo y otro que haya leído (y me haya gustado), vaya que el nuevo no me guste. El nuevo es Lo que no tiene nombre de Piedad Bonnett. Sé que es un libro imprescindible, pero me lo voy a dejar para otro momento porque ando muy sensible.

Gijón
Como ya me advirtió Antonio Montes (Premio "Café Gijón" 2010), es toda una experiencia ver tu nombre en un cartelito que sostiene un tipo ataviado como un ministro. Yo con tenis (mi madre me mata). Coche negro, maletero impoluto (tengo que hacer limpieza en el mío cuando vuelva, pienso). 

Gijón cumple mis expectativas: viento, casi frío y el cielo enterito a punto de caerse sobre ese-pedazo-de-playa. El hotel tampoco defrauda: amabilidad y buenas vistas.

Hotel Alcomar.
Es tarde. Unas rabas con sidra en la barra del "San Bernardo" (en el periódico media página con foto a todo color para anunciar el acto de esta tarde), y a responder a una encuesta-trabajo de fin de curso de unas alumnas de 1º de bachillerato de un instituto de Quesada, Jaén. Qué monas.

A las 17.30h he quedado en el hall para una entrevista de la RTPA. Rubén, el cámara, prepara el espacio la luz. Coloca un sillón que recuerdo dorado (pero quizá no lo era tanto) delante de una chimenea. Diréis que esto no es mi casa, ¿verdad?, pregunto. Ángeles es superdulce, me deja hablar, se me va la pinza como siempre y acabo hablando de otras cosas. Se despide con mucho cariño. Dos veces. Olvidé pedirle el mail.
(Aquí iría el enlace de TPA, pero no he dado con él.)

A las 19h he quedado con Miguel Rojo (jefe del Área de Cultura de "El comercio") que, a pesar de su cargo resulta ser (casi) un niño (con barba). Caminamos hasta el Ateneo Jovellanos. Nos recibe Luis Rubio Bardón (vicepresidente del Ateneo Jovellanos).

Con Miguel Rojo y Luis Rubio Bardón, sonrientes.
Cuando el público se ríe con mis cosas me siento en familia, me lo paso bien. Ente el público se hizo la luz (y todavía no sabía que se llamaba así). Se ha leído la novela a conciencia, se acuerda de más cosas que yo. Qué maravisha, diría mi amigo Marcos. Todo fluye, diría alguien. Del acto dará fe en "El comercio" Alberto Piquero. Después cenamos pixín. No se puede pedir más.

Mañana de paseos al sol. Sí, al sol. Y es que en un sólo día te puede tronar y ponerte morena. Y he vuelto a salir en el periódico. Viva el norte. Me pregunto si cuando Bleturge pase de moda, cuando yo toda entera pase de moda (dentro de unos meses), echaré de menos todo este jaleíto. Veremos.

Miguel me propone que cuente para "El comercio" mi Bleturge en Asturias. Me viene inmediatamente la ventana de la casa de mi profesor de biología del el instituto, desde donde vimos pasar un corzo. Astuto él, se vino a vivir a Asturias. Pero mi profe no está dispuesto a convertir su casa en centro de peregrinaciones bleturgianas, y dice que nones. Que hable del sitio, pero no diga dónde está ni cómo se llama. Es que es para eso, precisamente. Nanái.

Lo que me más me gusta es que confíe tanto en mí como para creer que alguien pueda ir en peregrinación a un lugar que yo recomiende. Por cierto, es el mismo profesor que en el instituto nos llamaba "Marcos y Heidi". Al final me decido por "La tahona de Besnes". Oh.

A las 19h tengo encuentro con Clubs de lectura en el Antiguo Instituto Jovellanos, en la calle Jovellanos. Jovellanos, está claro, es el Picasso de Gijón. Me reciben Montserrat López Moro (concejala de Cultura) y Patricia Menéndez (directora de la Red Municipal de Bibliotecas) a quienes ya conocí en Madrid. También está Luz, que repite y se ha traído a unas amigas. Oh.

Un señor de negro se me acerca sigiloso, quiere entrevistarme para TVE. Me extraña, pero me dejo. Sabe preguntar, aunque como suelo irme por las ramas tendrá que podar mucho. Pobre.

Entrevista para TVE Asturias.
Sorprendentemente, el salón de actos se llena. Noto cierto vértigo, ¿qué les voy a decir?, ¿cómo voy a entretenerlos una hora? "He venido a hablar de mi libro", retumba en mi cerebro. Hago como que espanto una mosca. Patricia, que tiene Rayos-X, me invita a que les cuente todo desde el principio. Y ahí ya me pierdo y les cuento que tengo un móvil-castaña, y que no daban conmigo, y que me presenté en Siruela sin dormir, y que lo estoy disfrutando mucho. El público se anima y pregunta. No sé cómo acabamos hablado de cómo ordeno las bragas (momento en el que un niño sale de la sala, espero que no por mi culpa). Pasé una tarde-suspiro deliciosa. Sin ninguna duda lo mejor que me está dando Bleturge son estos encuentros. Saber que hay personas que han leído tu libro y te hablan de los personajes como si los conocieran mejor que tú. ¡Y es que los conocen mejor que yo! Soy idiota, pero me entran ganas de llorar. Qué suerte tengo.
http://www.lne.es/gijon/2017/05/11/isabel-bono-habla-lectores-casa/2102591.html
http://www.elcomercio.es/culturas/libros/201705/11/isabel-bono-lectores-ccai-20170511001041-v.html

Publico estupendo y reivindicativo.
Hablando de tener, tengo pendiente escribir algo sobre los clubes de lectura. Hubo un momento de tensión porque entre el público se reclamaban clubes de lectura. Alucina. No piden más luces de Navidad o más sidra en fiestas patronales o más campos de fútbol: ¡Piden que vuelvan a funcionar los clubes de lectura!

Y es que la burocracia es lenta. Pero estoy completamente segura que los clubes de lectura volverán porque nadie tiene más interés que Patricia y Montse (así, sin cargos) en que así sea. Alguien que reivindica más libros, en definitiva más cultura, tiene todas mis simpatías. "Asturias, si yo pudiera..." me viene a la cabeza antes de dormir.

Gijón-Oviedo
Un nuevo coche negro y un nuevo conductor. Una nueva habitación de hotel. A estas alturas todo el mundo sabe cuánto me gustan las habitaciones de hotel (aunque nunca me haya colado en una).

Hotel Gran Regente.
Oviedo
A las 13h tengo entrevista en directo en Onda cero con Azucena Vence. La he visto en fotos y me recuerda a la poeta Carmen Camacho y a mi prima Cristina. Creo que tengo la costumbre de buscarle parecidos a las personas que no conozco para crearme cierta seguridad-familiaridad. Si tuviera psicoanalista esto daría para un rato.

Vence y Bono, de profesión lloronas.
Efectivamente, Vence es como la esperaba, nerviosa y abrazadora, tremendamente sensible. Lo demuestra cuando, después de leer una noticia sobre una pastora enterrada en el hielo hace 9.300 años, se echa a llorar. Yo, que ya dije que soy idiota, también. Y así, entramos en directo. Ole ahí.
Minuto 37' 10'' (la historia de la pastora) y yo diciendo cosas minuto 44' 45''.
http://www.ondacero.es/emisoras/asturias/oviedo-en-la-onda-11052017-con-azucena-vence_20170511591461080cf2a1da4829ac9b.html

Momento Bleturge: Está la Bono comiendo en el restaurante "La gran taberna" (la mejor calidad-precio del mundo), cuando se fija en que el camarero que amablemente le sirvió lentejas estilo asturiano (y le dejó el pote para que se sirviera a placer) está en modo Roland Garros. Esto es, mirándola a ella y mirando la tele. La Bono se da un respiro y también mira. Casi se ahoga al verse en 32 pulgadas, por lo menos. "¡Soy yo!", le dice colorada al camarero, que sonríe y hace mutis tras la barra.

Pues era verdad que aquel señor de negro, Ceferino Montanés para más señas, era de TVE Asturias.
Minuto 18' 45''.

A las 19h presento Bleturge en "LibrOviedo". Me recibe Leo Prado. Veo a Vonnegut en una mesa, me lo compro. Llega mi presentador Chus Neira (periodista de "La nueva España"), otro niño con barba. Qué vieja soy, pienso. Una chica sonriente entre las mesas atiborradas de libros. Lleva unos folios, un folio lleva mi cara, lo señala, se ríe, me río, asiento. A por ella. Bea ha leído el libro, le ha gustado, ha venido con sus compañeras del Club de lectura Pumarín. Alucino.

La Bono largando sin parar ante la mirada atónita de Chus Neira.
Lo malo de las carpas es que las palabras se pierden, o esa es mi sensación, y no le puedes pedir a los que han ido a la feria a comprar libros que se callen y te hagan caso. Caso me hacen mis muchachas de Pumarín, que tienen mil preguntas y cinco minutos, me advierte Leo.

Club de lectura Pumarín, que además me invitaron a cerveza.
Firma que te firma. No sé ni lo que pongo de lo sacudida que estoy. No me esperaba tanto amor. Oh. ¡Y encima viene a vermeabrazarme mi queridísima Ana Vega! Tantos años contándonos cosas por mail y mira. Ohh.

Con la poeta Ana Vega, felices.
No recuerdo nombres, mis disculpas, sólo el de Chelo y porque me lo dijo un señor encantador que se vino hasta "El olivo" hablando de libros con una pasión en plena forma.

Otro señor (fotógrafo de la feria) nos hizo mil fotos, pero no he encontrado ninguna. Help me!

Como no puede ser de otro modo, la noche acabó con sidra y queso Gamonedo. El queso de los poetas del silencio, supongo.

Queso Gamonedo con membrillo y avellanas.
Gracias por tres días que han parecido mil y un soplo a la vez. Gracias.

nos vamos a asturias

La próxima semana Bleturge y yo viajaremos a Asturias.

El martes 9 presentaré la novela en el Ateneo Jovellanos de Gijón, a las 19.30h.
http://www.elcomercio.es/culturas/libros/201705/07/vida-sucede-gerundio-20170507022800-v.html

El miércoles por la tarde tendré un encuentro con Clubes de lectura.

Y el jueves 11 estaré en "LibrOviedo" presentando a las 19h y firmando lo qeu se me ponga por denlante.
https://www.libroviedo.es/libroviedo-2017/programa/

Espero salir de allí cantando felizmente el "Asturias patria querida". ¡Nos vemos!

letraheridos del mundo, uníos

Mi querido Antonio Montes me envía un enlace. El Fescambre, leo. ¿Pero qué es un Fescambre? Se me va la cabeza a aquella película Julia y el celacanto (los caminos de mi cerebro siempre serán una incógnita) (para mí).

No le daré más vueltas: Gracias Jimy Ruíz Vega por tus hermosas palabras.
https://jimyruizvega.blogspot.com.es/2017/05/una-pena-en-observacion.html

(He intentado dejarte un comentario en el blog, pero al no tener Google+, no me deja. Tampoco tengo Facebook ni Tuíter, ni perrito que me ladre. Sólo decir que qué más quisiera yo que ser aforista, pero certezas no tengo, sólo sugerencias como mucho. Pero gracias por pensar que. Ay.)

bleturge también es un camino




(El futuro, sin más)
Si en Bleturge hay una casa, también hay un camino. Ese camino me llevó el pasado día 26 de abril al IES Huelin. Algunas caras nuevas, melenas que han cambiado de color, tupés de alfombra roja.

Y no sé cuánto les durará ese entusiasmo que pretendo sembrar en sus cabezas de colores. Ojalá sea mucho. Ojalá una semilla de luz se encienda cuando la necesiten, cuando se sientan solos, cuando duden si merece la pena vivir: leed para vivir más vidas, leed para conocer qué piensan los demás, para ser más empáticos, más tolerantes, leed para ser libres. Esa es mi cantinela.

Si además alguien, con la melena rosa o azul o con un tupé de diez centímetros, decide ponerse a escribir, bailaré de felicidad.

Qué fácil era: al final, el sentido de la vida no era otro que intentar contagiar amor por la vida, amor por la libertad. Y amor por los libros.

cervantes se escribe con z

(Feliz, también se escribe con Z)
Ayer, sábado 22 de abril, se inauguró la primera edición del "Festival Z". Si Vélez ya merece excursión por sí solo, ahora añade un motivo más. Diez días de actividades para todos los públicos: talleres, encuentros con escritores, música, teatro...

Participé con Antonio Montes (El grito, Premio Café Gijón 2010) en una charla de mesa camilla, contándonos el uno al otro (público mediante) nuestra experiencia después de recibir el premio. Me gusta Antonio Montes porque no tiene prisa, porque no frecuenta saraos, porque escribe cuando le apetece, pero cuando se pone, se pone. Estoy segura de que le vendrán muchos premios más. Sin prisa, eso sí.

Si el universo se expande, la cultura debería hacerlo aún más. Ferias del libro en cada pueblo, actividades culturales en cada calle encalada. Agitar, espolear cerebros retrepados frente a la tele, captar a lectores y escritores en potencia, ser espita. No entiendo la vida sin eso.

Gracias al Ayuntamiento de Vélez por apostar por la Cultura.

Gracias a Ana Cabello por su enorme sensibilidad, por su generosa  confianza en nosotros, los lentos, para la inauguración.

Precioso cartel, por cierto. Zambrano y Zervantes, ¿qué más se puede pedir?

www.facebook.com/fveleZlee/
@fveleZlee
#VéleZlee

una reseña de fiar

"Nada de fiarse de ella", dice Maica Rivera en esta acertada reseña publicada en la revista Leer. Alguien me dijo hace poco que mi escritura tenía "venenito". A mí se me suben las cejas y los hombros entre la sorpresa, el pudor y la guasa, al ver que los demás ven en mí cosas que yo no había visto. Y me gusta.

Gracias Maica Rivera.

http://revistaleer.com/2017/04/isabel-bono-premio-cafe-gijon-2016/

desayuno

(Entrevista en "Territorios", El correo sábado 15 abril 2017)
A pesar de los kilómetros, los amigos se las componen para que desayunemos juntos. Gracias, Fernando.

vidas color nude

Qué bonito texto firma Guillermo Busutil en "La opinión".
Como sigo sin dar con la tecla para subir un PDF, este cut&paste hará las veces. Gracias GB, no me extraña que te den medallas de oro. Y medallas color nude, ¿no hay?

"Vidas detrás de las fachadas, un semáforo que cambia. Podría ser el verso de un poema en el que expresar el eco de lo que sucede en ambas imágenes: personas que existen detrás de la identidad de la que quieren marcharse; y una luz ámbar, roja, verde, que gestiona el movimiento de sus vidas y de sus emociones cruzándose con el lector. Todos caminan a ciegas con la curiosidad encendida en esta novela donde todos los personajes viven más hacia dentro que hacia fuera. Le gusta a Isabel Bono que sus capítulos breves sean destellos poéticos en ternura seca o en dolor interiorizado. Un tiempo corto, en tránsito, entre una vida y otra, de una orilla vacía a una orilla en la que sentirse libre. Así siento Una casa en Bleturge, Premio Café Gijón.  Una familia de historias en un paso de peatones; dos aceras desde donde mirarnos lo unos en los otros intentado comprender por qué nos hacemos daño, por qué la comunicación nos hierepor qué culpamos en los otros lo que nos corresponde.

Desde fuera un semáforo que cambia para ir presentándonos vidas detrás de las fachadas: un matrimonio y su manera de mentirse sin decirse mentiras, -eso se llama rutina o vacío-. Un padre que odia a la hija, incapaz de romper el silencio de la muerte azul de un hermano. Una madre que odia el jazz y las palomas, disfrazada de turista, impostora de sí misma en un hotel cuya habitación allana para liberarse desnuda en un no lugar donde nada pesa, ni de nadie queda nada - sólo un evanescente fantasma que se lleva el aire cuando se abre la ventana-. Una hija con el dolor  y esas palabras color nude que se convierten en naturalezas muertas entre ella y su padre. Otro padre que se va muriendo entre dos hijas. Una familia que se desvanece en colores agrios. Cada uno, todos, explican sus silencios y su derrota a través de los secretos que viven los otros, y lo que nos susurran al oído como si pensasen dentro del espejo de nuestra mente. Que el amor se desgasta y se mancha, que le crecen pelusas y se desordena, y de vez en cuando hay que limpiarlo. Que el deseo se alimenta de curiosidad, que en ocasiones los ángeles tienen el rostro del diablo.

Vidas detrás de las fachadas. Un hombre se despeina cuidadosamente en el ascensor, camino del trabajo; un enfermo sueña con la inmortalidad del alma; una madre cuenta granos de arroz, guarda clavos en los bolsillos y unos pendientes de jade; una hija construye satélites de plastilina y siente el pecado de gastar mucha agua en su cuerpo. Todos se tumban bocarriba. Es como dormirse en el vientre de la realidad, que a veces es una ballena que termina escupiéndonos a otro lugar, cuando un semáforo cambia. Cada uno es una película en versión original con subtítulos, a los que Isabel Bono le baja el volumen para que leamos su silencio y nos sintamos ellos; fachadas en las que reconocernos. Igual que en sus interiores repletos de resentimiento, de olvido, de sopa de ave con fideos, de pasillos en los que cada personaje es una sombra leve, sin alas, cruzándose sin tocarse los afectos, los miedos, los vacíos. A veces coinciden en una cocina en la que sus relaciones son un hilo de agua sucia ahogándose hacia el abismo del fregadero.

Isabel Bono escribe vidas introspectivas con verosimilitud humana, fecha de caducidad y la posibilidad de una huida. Nos las narra de manera doméstica y con ternura de cuento con otro cuento dentro: Blancanieves, Cenicienta, el Príncipe…la felicidad no existe. Sólo se hace una maleta en la noche y elegimos esperar un tren con destino a uno mismo. Atrás dejamos un perdón a medias, una culpabilidad de la que desatarse, el dolor del corazón y de la espalda, una soledad que se acaba. Isabel Bono inventa en esta hermosa novela, fragmentada en poemas narrativos que tiemblan y nos suceden, la esperanza de un paraíso donde no existan fachadas que escondan pájaros muertos. Ni tampoco vidas en las que, vida a dentro, se pudran las flores, igual que los sueños.

No dejen de leerla. Seguro que también su semáforo cambia."

Este texto apareció el pasado sábado 25 de marzo en "El marcapáginas" de la sección Libros de "La opinión de Málaga".

colección

Desde hace años tengo una carpeta que se llama "Cosas bonitas para cuando todo es feo". Sin duda este mail va a esa carpeta. Gracias, Teresa Garbi.

"Una casa en Bleturge lo he leído con interés, en tensión. Sabía que me esperaba tu libro a la noche y era muy reconfortante saber que me esperaba algo tan bueno.
Un abrazo muy grande."

para bilingües

Bonitas palabras del amigo Verdoy. ¡Gracias!

Sé que son bonitas no porque hable catalán en la intimidad, sino por obra y gracia del traductor de Google.

"Diferente del resto. Esta obra ha sido la ganadora con el Premio Café Gijón 2016. Es la primera novela de su autora. Hasta este momento, Isabel Bono había escrito básicamente poesía. Una casa en Bleturge es una novela muy peculiar, alejada de lo que se concibe generalmente como novela. Está conformada por breves textos que podrían ser independientes y algunos de ellos son un relato en sí mismo. Aunque puede parecer un libro sencillo, de repente te encuentras con una frase que te hace releerla, cerrar el libro, y pensar y repensar aquella frase. Una vez leída esta obra me ha dejado la sensación de que la autora, aparte de escribir la novela, ha hecho el mismo trabajo que hace un montador cinematográfico y ha ido juntando una serie de fotogramas y así darle forma a la novela."

nos vamos a la tele

(Entrevista muy cerca de un cuadro de Gabriel Alberca)
En realidad nos fuimos al MUPAM.

Gracias a Canal Sur, gracias al equipo del programa "Tesis", a Paula Peralta, Germán Nieto y José Antonio Galiano.

Gracias a Elías de Mateo (director del MUPAM) por abrirnos su casa en lunes.

Gracias por tanta generosidad.

https://www.youtube.com/watch?v=ak-ay5fdAr0


el entusiasmo

Ojalá el entusiasmo se contagiara.
Gracias Victoria Mera, una vez más.

http://www.librosyliteratura.es/una-casa-en-bleturge-de-isabel-bono.html

marcos y heidi

(Marcos Jurdao y mis botas de heidi)
Cuando estaba en el instituto me compré unas botas de montaña. Era imposible andar con ellas. A veces las llevaba para ir a clase los días de lluvia. Una mañana, Marcos y yo, estábamos sentados en las gradas del recreo. Yo con mis botas, al sol.

Míralos, ahí están Marcos y Heidi, dijo alguien. Y así, desde entonces.

"Por cierto, acabé tu libro y me gustó, tienes que saber que competía en la mesita de noche con la relectura de Hormigón de Bernhard y que le fue ganando terreno con el tiempo. Según avanzaba en su lectura me parecía que se iba volviendo más sencillo y esencial..."

desde el más allá

Hay lectores con tanta imaginación que me envían críticas desde otro mundo.
Qué suerte tengo. Gracias, Álvaro Gómez Pérez.

De: Italo Calvino (desde el "más acá")
Para: Álvaro Gómez ("acá")
Asunto: BLETURGE

Cuando entras por primera vez en la ciudad-casa de Bleturge todo parece engañosamente simple. Esta ciudad  se encuentra contenida en un descomunal CUBO en el que sólo se divisan, a lo lejos, un río y un prado silvestre repleto de bostas de vacas en el que  crecen vinagretas. Varios animales omnívoros (cerdos negros, gaviotas…) pululan junto al río, y en su orilla siempre  hay una fuente cuadrada pintada de azul, donde unos niños se hacen ahogadillas. La atmósfera es gris-oscura casi-negra.

Aunque los seis enormes cuadrados que limitan Bleturge son exactamente iguales, sus doce aristas están formadas por delgados alambres sinuosos y flácidos, que oscilan al menor empuje del viento, y que te hacen temer que en cualquier momento el techo y las paredes se desplomen sobre ti. Entonces entran en Bleturge sus habitantes-personajes, y de sus cabezas empiezan a salir líneas-pensamientos que apuntalan la ciudad-casa. Su propagación es como la de los rayos de luz, rectilínea y ultra-veloz, y cuando chocan con cada una de las caras del cubo rebotan y salen despedidas contra otra, hasta que, finalmente y por casualidad, inciden en alguno de los ocho vértices, por los que se disipan. Pero las trayectorias de todas las líneas-pensamientos dentro del cubo permanecen sólidas y sirven de estructura rigidizadora a sus caras.

Basta que tres habitantes-personajes ocupen su interior, para que la superposición de sus líneas-pensamientos forme una maraña casi impenetrable, en la que tan solo se puede identificar la procedencia de cada una por su color: azul-oscuro-casi-negro las que emite la mujer, verde-oscuro-casi-negro las de su marido y magenta-oscuro-casi-negro las de la hija de ambos. La telaraña se completa con otras líneas-pensamientos de color arco iris, que provienen de la "narradora-omnisciente", que las emite desde un vórtice ubicado en el centro de la cara superior del cubo. Conforme los días van transcurriendo, los espacios libres entre las líneas-pensamientos se van reduciendo, la atmósfera se hace casi irrespirable y la temperatura aumenta, hasta hacerte temer que el cubo llegue a explotar. En ese momento ya no hay vuelta atrás. Es la última llamada para abandonar Bleturge, y quien no lo hace queda allí atrapado para siempre-jamás. Los afortunados que obedecen la alarma huyen, sólo con lo puesto, en busca de la "Ciudad sin límites", la antípoda de Bleturge. Tras ese sobre-calentamiento final, las caras del cubo se cristalizan y  se "espejizan", reflejando a la velocidad de la luz toda la vida de sus habitantes en una fina capa húmeda de vapor, que paulatinamente se  condensa y evapora, conjuntamente con los propios espejos. El cubo, ya gaseoso, comienza a levantar el vuelo, cual ciudad-casa zepelín, en busca de un nuevo destino. Pero tanto la intrincada telaraña de líneas-pensamientos de sus últimos habitantes, como los propios habitantes que no la abandonaron a tiempo,  quedan "cuajados". Esa Bleturge ya es "tiempo cuajado", "tiempo múltiple" (con el permiso de mi compatriota Claudio Magris).

Tras una corta navegación, la ciudad-casa de Bleturge vuelve a aterrizar y a implantarse  en cuanto encuentra un terreno apropiado. Bastan un río (o un charco, o una lágrima), un prado silvestre repleto de bostas de vacas donde crezcan vinagretas y por el que pululen algunos animales omnívoros, y sobre todo, que siempre siempre en la orilla del río haya una fuente cuadrada pintada de azul, donde unos niños se hagan ahogadillas.

una cita en málaga

(Público adorable y entregado)
Hoy, miércoles 5 de abril, a las 20h, en la Sociedad Económica de Amigos del País (Plaza de la Constitución, 7) habrá una mesa redonda para charlar sobre los premios "Café Gijón".

Intervendrán: Rosa Regàs, Alfredo Taján, Antonio Montes, José Antonio Garriga Vela e Isabel Bono.

Y es que, hasta ahora, lo han ganado estos cuatro malagueños (salerosos o adoptivos). ¿Será por el agua que bebemos?, ¿será por los espetos?

Esta tarde resolveremos todas vuestras dudas. ¡No faltéis!

(entre paréntesis)

(Recibir un mail así, de un genio absoluto como lo es Federico del Barrio, me deja sin palabras y entre paréntesis. Gracias, Maestro.)

"Aparte de que quería que me gustara, y eso ya me acercaba a la lectura con cariño, he sentido que has construido algo grande y hermoso. Fragmento a fragmento, la historia se despliega y, como si nada, como la vida misma, se detiene. Esta fragmentación, esta continua elipsis, aunque por un lado elimina o mitiga el elemento de intriga (en el que los viejos narradores basan casi todo), por otro, humaniza de tal manera los personajes, sobre todo a la protagonista, que la necesidad de saber no tanto lo que va a ocurrir, sus acciones, sino lo que siente, reflexiona o ve, se convierte en el estímulo para seguir. Y resulta que esa humanización humaniza también al lector, le da palabras, le muestra su vida y, de algún modo, la cambia, aunque sea imperceptiblemente. Y este el objetivo del arte, de cualquier arte.

Por otra parte, está tan bien escrito, con tal elegancia y sencillez (un gran ejercicio de poda, admirable), que el placer, ese otro objetivo del arte, a veces es tan grande que dan ganas de conocer a la escritora y decirle Olé (así, como te gusta, sin comillas, ni guión ni dos puntos), invitarla a comer y animarla a que hable, para aprender."

de domingo

Es sábado y parece mañana de Reyes. Niños que pelean, vecinas que cantan a la par que cualquier rumba o conversaciones de móvil que suben por la profunda oscuridad del patio de luces.

Los domingos, sin embargo, no hay ruido, sólo luz.

Estas palabras de Inma Luna han transformado el sábado en fiesta de guardar. Qué suerte tengo.


gracias por la risa



Hay presentaciones a tutiplén y presentaciones de mesa camilla, donde los amigos cuentan qué fue de ellos desde la última vez, se miran y se ríen. La presentación de Bleturge en La Isla de Siltolá fue una bocanada de oxígeno.

Gracias a Javier Sánchez Menéndez por hacer que todo parezca fácil. Y gracias a los amigos por reír con mis cosas. Si no hago reír, no me quedo tranquila.

Definitivamente, la lluvia en Sevilla es una maravilla.

london, my sweet love

Pues sí, los fragmentos que suceden en el cercanías ocurrieron de verdad. Nada mejor para escribir que un tren de cercanías.

Comprendo que ahora casi todas las historias, la vida entera, va a una velocidad de vértigo. Pro aquí estoy yo para frenar el universo. Sin punto de apoyo ni nada. Ea.

Gracias, niño musical. Abraza a todo Londres de mi parte.

"el otro día terminé de leer Una Casa en Bleturge :)
me ha gustado mucho :) :) :)
al principio me molestaba la pasividad de los personajes, sobre todo cuando la madre se pasaba horas sin hacer nada, pero después me empezó a parecer bastante terapéutico y relajante :) (a pesar de que todo gira alrededor de la muerte del hijo)
además me imaginaba el tren de cercanías y pensaba en Fuengirola"

fan de los toboganes

Nada como las palabras de un amigo que conoce todos mis nombres. Gracias, Jorf.

"ya he leído la primera vez bleturge
ha sido delicioso
no me extraña lo del premio
reina mora

esa técnica tuya de mosaico es deliciosa
las secuencias
los pensamientos
las impresiones
todo va van apareciendo y sin trampas
van hacia el lector
se deslizan como en un tobogán
sabes la trayectoria pero el estómago se altera siempre
resuelven enigmas no solicitados y necesarios
apuntan cuestiones
trazas, indicios, huellas
¿amor a primera pista?
o sólo es la ilusión sensorial del lector
o sólo quizá sea que varias teselas se nos imponen en trazos

el dibujo es firme, es rotundo y es vaporoso
el lector ha de usar el carboncillo de leer para atar unas sombras a la memoria
a mitad del libro empieza a verse la carne
las manías
los gestos
los miedos
todo perfectamente desorganizado
hay un avance que no progresa
profundiza

me encanta ver que alguien es capaz de escribir los sentimientos a flor de piel
sin que sea un personaje bipo o tripolar
sin que haya que mojar en el tintero de las aversiones, la sal gruesa, el puñetazo
sin sentimentalismo, ese escudo antimateria

hábitos que habitan personajes rendidos
manías que son sólo notas de una melodía que se adivina
costumbres donde esconderse el tiempo necesario
tareas del vivir donde la gravedad es una ley que se disuelve

la pena de despedirme de los tres me ha obligado a volver a empezarlo

gracias, fabs"

una cita en sevilla


(Ya tengo ganas de ver estas sillas ocupadas)
El próximo viernes 24 de marzo a las 19h estaremos en Sevilla presentando Una casa en Bleturge en la librería "Isla de Siltolá" (c/ San bernardo, 24).

Charlaré con Javier Sánchez Menéndez sobre el libro y sobre todo aquello que se tercie.

Nos vemos!

la felicidad de gritar

A veces recibo mails que no puedo guardarme. Saldría a la terraza a gritarlos para que los que pasean a sus perros levantaran la cabeza.

Hoy, me dice mi queridísima Itzíar Mínguez:
"Estoy
flipando
con
tu
novela.
Uf.
A ver
cómo
salgo
de ahí."

Me viene, de repente, la imagen de unas hojas asomando entre dos ladrillos, de un insecto que tiembla en la yema de mi dedo, recién salvado de un vaso de vino, de una mujer con una maleta camino de la estación.

O gritar para desahogarse, como hace mi madre cuando pasa por el túnel de la alcazaba. Gritar aunque nadie pueda oírte, precisamente cuando nadie pueda oírte.

Siempre hay salida.

mercurio, venus, marte

Si Plutón ya no es un planeta, quizá lo pueda ser Bleturge. Todo es posible. 

Gracias Héctor Márquez, por ver pamelas rojas donde hay sombrerete de paja. Gracias por ver más allá, siempre.

http://revistamercurio.es/ediciones/2017/mercurio-189/cuaderno-reloj-la-pluma-padre/

de facebook a su mesa

Fernando Aramburu me envía esta nota que Gemma Torres ha colgado en su muro de Facebook. Desde aquí, gracias a los dos.

"Una casa en Bleturge, de Isabel Bono, es un libro inquietante. Lo lees con el ánimo suspendido, temiendo que en esos personajes que son solo el padre, la madre, la hija o el hijo muerto se pose, otra vez, la tragedia. Es un libro hecho como con cuentas sueltas, como si fuera un collar, como si pudieras cambiar de sitio las perlas.

La familia se quiere, se tolera, se desprecia o se odia, de todo puede pasar y pasa en las familias. Nos gusta más cuando una familia se quiere y pregona su unión a los cuatro vientos, pero muchas veces las relaciones son tóxicas, difíciles y, sin embargo, hay que seguir viviendo con ellas. Una casa en Bleturge te lleva a reflexionar sobre estos aspectos a la vez que mantiene tu cabeza funcionando en todas las direcciones para intentar adivinar cuál será el siguiente movimiento.

Isabel Bono ganó con esta obra el "Premio de Novela Café Gijón 2016" y, en mi opinión, muy merecidamente.

Gracias Fernando Aramburu por la recomendación."

puntos suspensivos (o de cómo hacer crítica literaria vía sms)

(Cumpián en Trapobane)
El día 10 se presentaba Bleturge. El día 7 recibí un maill desde el móvil de Paco Cumpián, desde el sur de India. ¡Si esto no es el siglo 21, que me aspen!, pensé.

El mail decía lo siguiente:
7 de febrero de 2017 13:38
"Hola desde el sur de India, no podré estar en la presentación porque llego a Málaga el 11, pero leí todas las incidencias y estoy loco por leerla, te la cambio por mi Transiberiano, donde es seguro que salgo ganando con el cambio. Te llevo dos piedras una de Kandy (Sri Lanka),  y otra del sur de India. Un abrazo."

Él día 17 quedamos para intercambiar libros. Cumpián acaba de publicar Transiberiano, un preciosísimo libro con ilustraciones de Mavi Herrero, en la editorial "Luces de Gálibo".

Me cuenta que además de en Sri Lanka y la India, estuvo con su hija Bárbara en Chaouen, que allí escribieron un cuento entre los dos. Yo no tenía ni idea de esto, y Cumpián no sabe que el Bleturge que le llevo dedicado desde casa, dice: "Para Paco Cumpián y Bárbara: Un libro entre dos no es medio libro para cada uno". La casualidad nos guía, pienso.

La noche siguiente llega un sms:
18/02/2017 23:13
"Empecé tu libro y no paré hasta que lo acabé. Son muchas cosas las que tendría que decirte, por aquí es imposible. Hay ciertas cosas parecidas al Transiberiano, su expresión casi cinematográfica, son escenas, enfoques de una cámara. Luego sostienes el hilo argumental con alfileres y aunque se ve con una cámara un poco desenfocada, consigues llegar al final y soltar la carga, soltar el mensaje, el sentimiento, la finalidad, y me resulta curioso tu decisión con los guiones, cuando el personaje habla..."

Al rato llega otro:
18/02/2017 23:50
"y creo que tanto tu discurso como el mío, están en el fijo de la cuchilla de afeitar. Los argumentos que los sostienen, son los mismos que pueden destruirlo, y sin discusiones, evidentemente. Cosa curiosa la nuestra..."

Y no sé si estos últimos puntos suspensivos significan que habrá otro sms o será esa extraña costumbre de los hombres, de no terminar nunca las frases.

Y aquí estoy, esperando.

socio, busca un socio

(Carnets raros)
Hace mil años, porque todo en mí sucedió hace mil años, estando yo en Vigo, descubrí en TVG el Club Xabarín. Quise hacerme socia ("socio busca un socio", cantaban) muchas veces, pero no admitían mayores de edad. Este año volví a intentarlo: nada.

No sé el porqué, porque nunca me he sentido parte de un grupo de más de dos, pero desde niña arrastro el tic de coleccionar carnets. Aún conservo el carnet del Club Milkibar. Otros clubs llegué a inventarlos, como La Brigada Antipantys.

En fin. Tengo el cedé doble del Club Xabarín, lo he pasado a mp3 y suelo escucharlo habitualmente. Las palabras "¿Hay alguien ahí?, ¿hay alguien ahí?, ¿sí?, ¿no?, ¿sí?", se me han aparecido hoy mientras cambiaba la cama.

Estoy recibiendo mails de amigas, de amigos, hablándome bien de Bleturge. Yo feliz, claro. Pero, cuánto me gustaría que personas que no me hayan visto nunca en 3D me dijeran algo.

¿Hace?

infinito menos uno

(Mil años atrás, una felicidad de infinito)
Según mi abuela (y según el día), yo era reinamora o viejachica. Quizá por eso siempre comprendí el concepto "infinito" (por viejachica, no por reinamora). Lo que no me cabía en la cabeza era el término "infinito menos uno".

Cuando el pasado viernes me preguntaron qué siento al tener una primera novela publicada, me acordé de mi amigo el poeta Antonio Muñoz Quintana, de su voz de confesor, diciéndome: "Bono, escribe novela, Bono...".

Siento una alegría de risa floja que a veces se me escapa mientras sacudo el mantel o tiendo ropa. Eso siento, una alegría de sábanas al sol en un día nublado. Y pienso en que Antonio me falta para una alegría de sábanas al sol, una alegría de infinito. Infinito menos uno era esto: cuando te pasa algo muy bueno y tuamigo tuhermano tuamor, esa persona que confiaba más que tú en ti, no está contigo para alegrarse.

gracias por no temer a la lluvia

(Esto es una cola de firmas en condiciones. ¡Gracias!)
Dicen que nadie es profeta en su tierra. Vocación de profeta nunca he tenido, pero anoche, a pesar de la lluvia, esa lluvia que paraliza a los malagueños y desordena las calles como si las calles tuvieran fiebre, a pesar de apetecer más una mesa camilla y, quizá, un polígrafo de lux, la sala Oyarzábal de la Diputación de Málaga estaba hasta arriba. Un poco más de amor, y revienta.

presentación en málaga


El próximo viernes 10 de febrero, a las 20h, presentaremos Una casa en Bleturge (Siruela, 2017) en Málaga. Será en la Sala Oyarzábal (Pza. de la Marina, 4). Las palabras bonitas las pondrá Javier La Beira Strani. Yo, haré lo que pueda. ¡Nos vemos!