marcos y heidi

(Marcos Jurdao y mis botas de heidi)
Cuando estaba en el instituto me compré unas botas de montaña. Era imposible andar con ellas. A veces las llevaba para ir a clase los días de lluvia. Una mañana, Marcos y yo, estábamos sentados en las gradas del recreo. Yo con mis botas, al sol.

Míralos, ahí están Marcos y Heidi, dijo alguien. Y así, desde entonces.

"Por cierto, acabé tu libro y me gustó, tienes que saber que competía en la mesita de noche con la relectura de Hormigón de Bernhard y que le fue ganando terreno con el tiempo. Según avanzaba en su lectura me parecía que se iba volviendo más sencillo y esencial..."

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